En este proyecto se buscó crear un espacio de juegos y reuniones en el tercer piso de una casa, teniendo como premisa que el ambiente debía ser oscuro, dramático y elegante y además debía considerar una mesa de billar que sea convertible a ping pong. Además de utilizar una paleta de colores oscuros en tonos grises y negros, se complementó con texturas de telas, brillos y satinados en mármoles, acabados en paredes, detalles de rebajes en muebles y uso de luces directas e indirectas que generan profundidades y arman un espacio muy equilibrado. Cada uno de los muebles en este proyecto fue diseño a medida y pensado para cumplir las funciones necesarias en el espacio.